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10/06/2018

¿Qué es el ciclismo integrado y cuáles son sus ventajas?

Es la idea básica que impulsamos en nuestra asociación: el ciclismo urbano como un medio de transporte en igualdad frente a los demás medios.

La idea subyacente es que la bicicleta es un vehículo, el lugar natural de la bici es la calzada, y la consecuencia directa es que debe prestarse toda la atención posible a las calles para mejorar su “ciclabilidad” y permitir el tráfico integrado de las bicicletas. Otra consecuencia directa es la necesidad de desarrollar la educación de los ciclistas para que conduzcan sus bicicletas como vehículos. Según el planteamiento integrador, las vías segregadas ciclistas (y en general las infraestructuras específicamente “ciclistas” son un último recurso que debe ser evitado hasta que todas las otras medidas integradoras posibles hayan mostrado ser inaplicables.

Los integrantes de Madrid Ciclista somos gente que va en bici por la ciudad cada día. Usamos la bici como transporte, y sabemos que nuestra seguridad depende tanto de nuestro comportamiento como del de los demás conductores, y de la colaboración entre ambos.

Según las estadísticas disponibles, circular en bici por la ciudad es menos peligroso de lo que habitualmente se cree. La bici urbana es mucho menos peligrosa, por ejemplo, que el ciclomotor.

Principios básicos de organización de un tráfico seguro en ciudad

Las normas de conducción, el diseño y la señalización de las vías han de ser tan simples como sea posible, y homogéneas e iguales para todos.

Este principio es importante porque la simplicidad y la homogeneidad de las normas es lo que garantiza que todos los usuarios de la vía interpretan de forma similar las situaciones y todos se comportan de forma predecible unos con otros, y eso es esencial para la seguridad de todos. Cada excepción, anomalía o complicación innecesaria que se crea en la red viaria o en las normas es un elemento que disminuye la seguridad, y todas las anomalías introducidas por las vías segregadas ciclistas redundan en una grave inseguridad para los ciclistas que las usan.

Un aspecto importante de esto es que, mientras que una de las justificaciones que se hacen de las vías segregadas es que sirven para “proteger” a los ciclistas de conductores desaprensivos (que son una minoría), en realidad aumentan el potencial de errores y conflictos con los conductores “respetuosos” (que son la mayoría).

La posición de un vehículo en la calzada no depende del tipo de vehículo, sino de su velocidad y de las maniobras que necesite hacer.

  • En principio, los vehículos más lentos circulan más a la derecha, y los más rápidos, más a la izquierda. De forma normal, los vehículos más rápidos adelantan por la izquierda.
  • Un vehículo que se dispone a girar a la derecha debe posicionarse anticipadamente hacia la derecha de la calzada. Análogamente, un vehículo que se dispone a girar a la izquierda debe posicionarse anticipadamente a la izquierda del carril, (próximo a la mediana, permitiendo que quienes no van a girar le adelanten por la derecha mientras realiza las maniobras del giro).

La vías segregadas rompen con estos principios de seguridad, obligando a las bicis a permanecer a la derecha independientemente de su velocidad o de las maniobras que necesiten hacer, y obligando a los automovilistas (a los automovilistas respetuosos) a mantenerse fuera del carril bici hasta el último momento, incluso en situaciones (como giros a la derecha) en las que lo más seguro sería invadir anticipadamente la vía segregada. Esto, por ejemplo, está contemplado en los carriles bus, que en muchas ciudades desaparecen unos metros antes de un giro a la derecha para continuar después del cruce. Por supuesto, la envergadura de un autobús le permite salir del carril bus en las intersecciones con una seguridad que es simplemente inalcanzable para las bicis.

La opción alternativa: la segregación ciclista

La postura contraria al ciclismo integrado consiste en la segregación del tráfico: la creencia de que distintos tipos de vehículos deben estar separados al circular incluso cuando lo están haciendo por la misma vía. El concepto de segregación es diametralmente opuesto a uno de los principios básicos de organización del tráfico:“todos los vehículos deben poder circular actuando entre ellos según unas normas homogéneas e iguales para todos”.

Las vías segregadas ciclistas, comúnmente llamadas «carriles-bici», presentan los siguientes problemas:

  1. Crean hábitos inadecuados de circulación. Si se segrega sistemáticamente, los conductores están menos habituados a interactuar con los ciclistas, y los ciclistas menos preparados para utilizar la calzada.
  2. Complican las intersecciones, generando situaciones de riesgo que no existen en los carriles compartidos. Es un factor muy relevante en ciudades compactas como las españolas, donde esto ocurre cada pocas decenas de metros.
  3. Proporcionan una falsa sensación de seguridad, ya que el único tipo de accidente que evitan (alcance por detrás) es muy poco habitual en ciudad.
  4. Cambian la percepción del riesgo de los ciclistas, que cometen más imprudencias y aumenta el incumplimiento de las normas (respeto a las señales, invasión del espacio peatonal, respeto de las preferencias de paso… ).
  5. Sacan a los ciclistas de la vista y de la atención de los automovilistas, disminuyendo las posibilidades de cooperación, la responsabilidad mutua, e incluso el respeto al ciclista cuando decide no usarlos, independientemente de si son o no obligatorios.
  6. Suponen una barrera peatonal al aumentar los flujos de tráfico. Un peatón debe estar atento a diferentes flujos de tráfico, con lo que aumentan los tiempos semafóricos, sentidos anómalos si el carril bici es bidireccional, de un vehículo silencioso.

En resumen, ¿cuál de las siguientes opciones te parece más atractiva?

A – Una bici.

B – Hay que levantar las calles, reorganizar todos los giros, poner carriles a la derecha o a la izquierda según lo que sea más cómodo para los coches, pintar el suelo de rojo que se ve más, pintar el suelo de verde que es más ecológico, pintar el suelo de azul, que es calmante, poner a los usuarios del autobús en islas como si fueran náufragos, pintar carriles en las aceras en la puerta de los colegios, si todo falla poner separadores, si sigue fallando poner bordillos, jardineras, muros, llamar periódicamente a un experto para que diga que lo estás haciendo genial.