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Preguntas habituales sobre movilidad ciclista en Madrid

 

¿Es la normativa ciclista adecuada en Madrid?

La Ordenanza de Movilidad Sostenible de Madrid es una de las más avanzadas en lo que se refiere a movilidad ciclista.

Ese documento legitima la presencia del ciclista en las calles de Madrid y refuerza el derecho fundamental de circular libremente, usando el carril que mejor se adapte al destino. Además, introduce las vías multimodales, de uso preferente ciclista, limitadas a 30 km/h. Esta velocidad aplica igualmente a todas las calles unidireccionales de Madrid, desde antes de que se impusiera la norma a nivel nacional. Como consecuencia, alrededor del 80% de los carriles de circulación poseen un límite de velocidad.

 

Cabe recordar que la posición más segura a la hora de moverse en bicicleta por ciudad es aquella en la que el ciclista es más visible, y donde dispone de márgenes laterales de seguridad amplios para poder reaccionar en caso de imprevistos. Es por ello que en la Ordenanza se expresa claramente la necesidad de usar el centro del carril cuando se circula por la calzada, reforzando la posición más segura y favorable para el ciclista urbano. De la misma manera, determina que cualquier vehículo deberá cambiar completamente de carril a la hora de adelantar a un ciclista, sin invadir el carril ocupado por la bicicleta.

Aun así, queda mucho por mejorar en cuanto a normativa, como se muestra en nuestras alegaciones a la última versión de esta Ordenanza.

https://madridciclista.org/madrid-ciclista-presenta-alegaciones-al-anteproyecto-de-ordenanza-de-movilidad-sostenible

¿Cómo podría mejorar la cultura ciclista en Madrid ?

Es básico entender que la bicicleta es un vehículo individual, al mismo título que cualquier otro vehículo. Tenemos exactamente los mismos derechos que el resto de vehículos a la hora de circular libremente por nuestras ciudades. Igualmente, debe exigirse del ciclista las mismas obligaciones que a cualquier otro conductor: respeto de las normas de circulación y de las señales de tráfico. La cultura ciclista exige el respeto de los demás usuarios de la vía pública, lo que conlleva un respeto por nuestra parte de la normativa de circulación. Comprender esto es fundamental.

 

Mejorar este aspecto implica un cambio de mentalidad, debiéndose transmitir un mensaje claro desde las administraciones, en el sentido de que la bicicleta es un vehículo y debe comportarse como tal. Es importante entender que, cualquier excepción de comportamiento en la normativa ciclista, redunda negativamente en este sentido. Transmitir que la bicicleta puede invadir aceras, atravesar o rodear marquesinas de autobús, que no debe detenerse en los semáforos, que debe desplazarse únicamente por vías segregadas exclusivas, etc. da a entender que el ciclista es excepcional, y debe responder a un conjunto de normas aparte. Todo lo anterior conlleva inevitablemente a comportamientos por desgracia habituales de no respeto de las normas de circulación, uso inapropiado de espacios peatonales, etc.

 

Las excepciones ciclistas implican una asunción implícita de no observación de una cultura ciclista esencial para la bicicleta. La normalización en el uso de la bicicleta, y su integración como un elemento más del tráfico urbano, son lo que conseguirán que dicha cultura se desarrolle.

 

¿Cómo es la seguridad vial en bicicleta?

Como comentábamos anteriormente, la seguridad ciclista implica necesariamente poder desplazarse ocupando todo el carril de circulación, sin compartirlo con vehículos pesados; usando vías anchas, unidireccionales y en buen estado de conservación (sin baches, elementos ralentizadores plásticos en calzada, rejillas deslizantes, etc.); con amplios márgenes laterales de seguridad que nos permitan reaccionar a cualquier imprevisto (invasión de peatones, acceso de automóviles por un lateral, salidas de parkings, etc.); sin vernos rodeados de obstáculos (bordillos, árboles, barreras peatonales, coches aparcados, etc.); sin cruces continuos que nos sitúen en posición de peligro. Ocupando, en definitiva, el lugar donde seamos lo más visibles que podamos, en entornos calmados donde se respeten los límites de velocidad.

Todo lo anterior se consigue en gran medida mediante el uso del centro del carril en calzada.

Además de ello, por supuesto, la seguridad depende en cierta medida de la presencia habitual de bicicletas y VMPs en el ámbito urbano. Esto es así al convertirse en hábito el compartir espacio con vehículos ligeros, cuya presencia deja de ser un evento inesperado y se convierte en un hecho habitual. Bicicletas y VMPs van (o deberían) ir de la mano en lo que se refiere a movilidad sostenible, a seguridad y a eficiencia, a la hora de desplazarse por Madrid. Lo que es bueno para uno de estos colectivos, lo es igualmente para el otro, que se beneficia de la presencia de cada vez mas vehículos ligeros en las calles de la ciudad, lo que redunda en una mayor legitimidad, un menor acoso, y una seguridad reforzada.

Por último, destacar que la seguridad en bicicleta depende en gran medida del grado de predictibilidad que consigamos obtener como ciclistas. No es suficiente con ocupar el centro del carril en calzada, debemos también señalizar cualquier maniobra o movimiento que vayamos a ejecutar, de manera que el resto de vehículos sean conscientes de nuestras intenciones. Cambios de carril, detenciones, giros, etc. deben ser comunicados al resto de usuarios de la vía pública si queremos reforzar nuestra seguridad.

 

¿Carril bici segregado o circulación integrada?

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente dicho en cuanto a seguridad vial en bicicleta (uso de vías anchas, etc.), es fácil entender que la segregación ciclista mediante la planificación de carriles bici no son la mejor alternativa, no al menos, si lo que se pretende es garantizar la seguridad ciclista. Quizás si lo sean si se persigue otro objetivo.

Es fácil observar la abundante presencia de aceras bici en Madrid (García Noblejas), al igual que de carriles bici que invaden entornos de transporte público (O’Donnell, Yeserías, Pl. España)

https://modelomadrid.org/madrid-tiene-159-paradas-de-autobus-con-carril-bici-en-su-ambito-peatonal/

También es inmediato comprobar la presencia de carriles bici estrechos (Bulevares, Atocha, Gran Vía); otros junto a automóviles estacionados (Méndez Álvaro); algunos más recientes, rodeados de árboles (Castellana); otros encajonados en acera a nivel de calzada (Vinateros); muchos de ellos rodeados de obstáculos (Alcalá); prácticamente todos ellos crean situaciones de conflicto continuas (Santa Engracia), imposibilitando además la circulación normalizada. Incluyen retranqueos, chicanes, rodeos innecesarios, etc.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, es lícito hacerse la pregunta de si el objetivo no declarado de la segregación ciclista es favorecer la seguridad ciclista, o bien evitar que la bicicleta suponga un elemento ralentizador para el automóvil, en especial, cuando se observa que algunos de estos ejemplos son de uso obligatorio. La segregación ciclista en entornos urbanos siempre lleva implícita la promesa de un próximo carril bici bien hecho, mientras progresa en su labor de limitar la movilidad de la bicicleta a vías marginales, donde no suponga un obstáculo.

En este sentido, es muy interesante y esclarecedor estudiar la configuración de los accidentes mortales ciclistas que han tenido lugar en la ciudad de Madrid durante estos últimos años.

https://modelomadrid.org/home/ciclismo-urbano/mapa-de-accidentes-ciclistas-en-el-municipio-de-madrid/

Igualmente, también es interesante echar un vistazo a la topología de los accidentes con víctimas mortales ciclistas acaecidos en la ciudad de París, por ejemplo, o bien al reciente aumento de víctimas mortales en Países Bajos.

La infraestructura ciclista es necesaria, y mucho. Pero únicamente allí donde favorece realmente a la movilidad ciclista: con aparcamientos, itinerarios que permitan salvar vías de tren y autopistas, en paralelo a vías rápidas interurbanas, etc. No en entornos urbanos, densamente poblados, con cruces cada pocos metros. En ese caso, únicamente limitan la movilidad de la bicicleta, le restan legitimidad y le privan de un derecho fundamental, el de desplazarse libremente en ciudad, fomentando además el acoso al ciclista. Es evidente que penalizan igualmente su seguridad.

https://madridciclista.org/sobre-diseno-infreastructura-ciclista-madrid/