+34 810101123

Dónde ubicarte en la calzada

Todos hemos visto ciclistas que van moviéndose erráticamente de izquierda a derecha, que salen de la acera y entran en la calzada de manera imprevista o que serpentean entre coches aparcados. Nadie es capaz de tener ni una remota idea de lo que estos usuarios de la bici van a hacer en un momento dado. Los peatones se ven obligados a frenar en seco y escuchamos chirriar los frenos de los coches a su paso.

Por otro lado, también vemos ciclistas que se mezclan eficazmente con el tráfico, fluyendo suavemente sin ningún esfuerzo. Como peatones o conductores de otros vehículos, siempre sabemos con anticipación hacia donde se dirigen estos ciclistas y cuáles son sus intenciones. Hacen que montar en bici parezca fácil aunque circulen por calles muy transitadas.

Antes de hablar de por dónde moverte con tu bicicleta, echemos un vistazo a las reglas más básicas de circulación que se aplican a todos los vehículos. Estas reglas son la base de nuestras normas de tráfico, creando un marco de previsibilidad y prioridad que funciona incluso donde no hay líneas o señales que nos guíen.

REGLAS DE LA CIRCULACIÓN: SER PREDECIBLE

Circula por la derecha

Conducimos siempre nuestros vehículos usando el lado derecho de la calzada.

Adelantamos por la izquierda

Siempre esperamos que los vehículos lentos circulen por la derecha, y que el tráfico más rápido adelante por la izquierda.

Ubícate en función de tu destino

Cuando nos preparamos para efectuar un giro, nos ubicamos de manera que evitemos cruzarnos con la trayectoria de otros vehículos que van en nuestra misma dirección. Por ejemplo, antes de un giro a la izquierda nos situamos en el carril de giro a la izquierda o en la parte más a la izquierda de nuestro carril, y giramos desde ahí.

REGLAS DE CIRCULACIÓN: PRIORIDADES

El primero que llega es el primero en ser servido

Las reglas de prioridad están basadas en el principio del orden de llegada, independientemente de la velocidad. No importa que estés conduciendo un automóvil, un quad, un tractor, una bici o incluso una calesa: cualquier otro conductor que quiera ir más rápido que tú deberá esperar hasta que sea seguro adelantarte.

Cede el paso antes de maniobrar

Siempre que quieras cambiar de carril o cambiar tu posición dentro del carril, debes ceder el paso al tráfico que pueda estar adelantándote en ese momento o circulando ya por ese carril.

Cede el paso antes de incorporarte

Cuando te vayas a incorporar a una calle desde una salida de garaje o desde una calle transversal, tienes que esperar a que pasen los vehículos que ya están circulando por la calle en que te incorporas. Igualmente, los peatones que te puedas encontrar en la acera cuando accedes o sales de una entrada de garaje tienen prioridad sobre ti.

Cede el paso antes de girar

Cuando se gira a la izquierda cruzando tráfico, el conductor que gira debe ceder el paso al tráfico en sentido contrario.

Intersecciones sin señalización

Cuando no hay señales o marcas en una intersección que asignen preferencia a uno de los conductores, tendrá preferencia de paso el vehículo situado a la derecha. ¿Por qué? El vehículo situado a la izquierda tiene más distancia para detenerse.

Somos parte del tráfico

Con muy pocas excepciones, la manera más segura de circular en bici es seguir el flujo normal del tráfico. Los ciclistas que circulan de este modo llegan antes a su destino y tienen menos conflictos.

Generalmente, cuanto más sigas las pautas normales del tráfico, más seguro circularás y más predecible te volverás. Las reglas del tráfico establecen un patrón para cada situación, indicando quién puede avanzar y quién debe esperar y, por tanto, nos hacen usuarios de la vía mutuamente predecibles.

Con muy pocas excepciones, los ciclistas tenemos los mismos derechos y responsabilidades que los conductores de vehículos motorizados. A veces hay que esperar a que pasen otros conductores -por ejemplo, en una señal de stop- y a veces son otros conductores los que tienen que esperar por nosotros. Entender bien y seguir las reglas del tráfico te protege dejando claro para todos qué vas a hacer a continuación.

Si circulas saltándote las reglas, incrementas enormemente el riesgo de tener un accidente y además puedes tener todas las de perder a la hora de reclamar al seguro cualquier tipo de indemnización por las posibles lesiones.

Circular correctamente empieza con ubicarte en la derecha. De esta manera, estarás donde otros usuarios de la vía esperan que aparezcas y, por tanto, serás predecible. A veces te interesará circular con el flujo de tráfico más a la izquierda, por ejemplo, debido a la presencia de paradas de autobús, coches aparcados que pueden abrir sus puertas o intersecciones con otras calles a tu derecha. En ciudad, y en ausencia de regulaciones locales específicas, aplica la misma norma general, y te interesará circular con el flujo de tráfico. En la práctica, esto significa muchas veces circular usando el centro del carril en calzada, incluido en calles de un único sentido de circulación.

Además, en algunas ciudades como Madrid, existen regulaciones locales que refuerzan el derecho de los ciclistas a ubicarse en el centro del carril de circulación, como cualquier otro vehículo. Esto legitima al ciclista, favoreciendo su seguridad. Así se consigue que seamos más visibles en las intersecciones, induce a que los demás vehículos que quieran adelantarnos cambien completamente de carril para adelantar y se incrementan los márgenes laterales de seguridad.

Por último, es necesario recordar que es posible adelantar a un ciclista en presencia de línea separadora continua, invadiendo el carril contrario. En algunas ciudades, como Madrid, es obligatorio cambiar completamente de carril para adelantar a otro vehículo, incluida la bicicleta.

Los conductores miran donde esperan ver tráfico.

En la derecha, pero no pegados al borde

Los vehículos rápidos deben adelantar por el carril izquierdo; los más lentos deben mantenerse preferentemente en el carril derecho. Debido a que un ciclista es percibido como un vehículo estrecho, a veces se espera erróneamente que nos arrinconemos junto al borde de la calzada. ¡No tenemos que hacerlo!

Para circular seguro, es fundamental posicionarse lo suficientemente separado del borde de la calzada para conseguir ser visible, evitando los numerosos riesgos que aparecen cuando nos orillamos demasiado a la derecha. En muchas situaciones típicas deberías controlar el carril para conseguir que los conductores cambien de carril al adelantarte. En carretera, cuando consideres que es seguro, puedes relajar este control —sin estar nunca arrinconado en el borde— para facilitar los adelantamientos. Sin embargo, siempre que consideres que no es seguro que te adelanten, debes volver a controlar el carril.

Circular arrinconado en el borde de la calzada te obliga a moverte a la izquierda cada vez que te encuentres un obstáculo, haciéndote menos visible para el tráfico que pueda acceder por tu derecha en las intersecciones. Es mejor elegir una posición consistente lejos de los posibles obstáculos y circular de forma predecible.

Evitando peligros en el pavimento

Generalmente, el ancho utilizable de la calzada comienza donde podamos circular sin riesgos de caídas, sacudidas o pinchazos debido a restos de suciedad en el arcén. Una carretera puede tener la cuneta llena de gravilla, basura o el pavimento puede estar roto. No circules nunca por esa zona. Sin embargo, cerca de por donde pasan las ruedas de los vehículos motorizados, el asfalto se mantiene limpio. La parte utilizable de la calzada comienza ahí.

La mayoría de accidentes de bici son simples caídas, a menudo causadas por peligros en la trayectoria del ciclista ligados al estado del pavimento. Evitando el borde de la calzada se eliminan mucho de esos riesgos y además se vuelve más fácil escanear hacia delante nuestra trayectoria en busca de posibles conflictos.

Puntos ciegos

Algunos objetos como vallas, líneas de vegetación en el borde la carretera, paradas de autobús o coches aparcados pueden ocultarte de la vista de los conductores que entran en la calzada desde salidas de garaje y calles transversales. Los puntos ciegos funcionan en los dos sentidos: bloquean tanto tu visión como la visión que los conductores tienen de ti. Imagina que hubiera un capot de coche intentando entrar desde cada bocacalle o salida de garaje, querrías moverte algo a la izquierda a medida que te aproximas al punto ciego, ¿verdad?. Es mucho mejor elegir una posición que te permita circular siguiendo una trayectoria constante y predecible.

¡La zona de peligro!

Los coches aparcados no solo ocultan a los vehículos que están intentando incorporarse a la calle, sino también a las personas que salen de la acera para acceder a su coche en la línea de aparcamiento. Las puertas de un coche aparcado siempre pueden abrirse y alcanzar una distancia de más de un metro hacia el interior del carril. Incluso si circulas justo más allá del alcance de las puertas todavía puedes verte sobresaltado si se abre una de manera repentina, desviando bruscamente tu trayectoria hacia la izquierda.

La zona de peligro:
1) Zona de impacto.
2) Zona de sobresalto.
3) Ancho de calzada no utilizable.

Sin duda, mucha gente -incluso algunos ciclistas supuestamente expertos- te dirán «mantente tan a la derecha como sea posible y vigila el interior de los coches por si alguien quiere abrir la puerta». Pero a velocidades mayores que las de un peatón, simplemente no tienes tiempo de reaccionar ante la apertura de una puerta. En muchos coches no es posible ver el interior para saber si hay alguien dentro, y no puedes estar mirando dentro de docenas de coches por si hay una persona dentro con intención de salir. Si te abren una puerta de improviso, impactarás contra la puerta salvo si alteras bruscamente tu trayectoria hacia afuera, lo que te puede situar delante de la trayectoria de un coche que esté adelantándote en ese momento. Por tanto, para evitar ser alcanzado o sorprendido por una puerta, el extremo de tu manillar debe estar separado al menos metro y medio de los coches aparcados.

Mantén tu trayectoria, no intentes serpentear entre coches aparcados.

No serpentees entre los huecos de coches aparcados. Si estás entrando y saliendo constantemente de la línea de aparcamiento, los propios coches aparcados te estarán ocultando y no te verán los conductores que se aproximen desde atrás. Además, tarde o temprano, cuando alcances el siguiente coche aparcado, tendrás que volver al carril de circulación, quizá interceptando la trayectoria de un coche cuyo conductor no sabrá que estás ahí. Ponte en la piel del conductor que viene detrás. ¿Eres visible y actúas de forma predecible en todo momento?

Recuerda que a los conductores de vehículos motorizados les molestará mucho menos tener que reducir algo su velocidad por un ciclista predecible, que tener que preocuparse por un ciclista que va siguiendo una trayectoria errática delante de ellos.

Carriles de ancho normal

La mayoría de carriles de circulación miden entre 2.75 y 3.50 metros de ancho. Un carril pegado a la banda de aparcamiento puede ser algo más ancho, pero la zona de apertura de puertas reduce su anchura efectiva utilizable.

Debido a que las bicicletas son estrechas, los ciclistas nos vemos obligados a gestionar el espacio con más cuidado que cuando conducimos un vehículo más ancho. Incluso sin considerar los riesgos que aparecen cerca del borde, un carril de anchura normal no es suficiente para que otro vehículo adelante a una bici de manera segura sin abandonar el carril. Si circulas por el borde derecho, muchos conductores no se darán cuenta de que tienen que usar el siguiente carril para adelantar, lo que resultará en incómodos adelantamientos sin distancia lateral de seguridad o incluso en colisiones laterales.

Cuando circulas demasiado orillado a la derecha, estás induciendo a los conductores a compartir contigo el carril. En un carril normal, no hay anchura suficiente para que te puedan adelantar con una distancia lateral de seguridad suficiente. Puedes ayudar a los conductores a tomar la decisión correcta posicionándote más a la izquierda.

En carretera, tu posición por defecto en un carril de anchura normal deberá situarse siempre suficientemente a la izquierda para evitar los riesgos que hay en el borde de la calzada, dejando claro al resto de conductores que no pueden permanecer dentro de tu carril para adelantarte. Esto anima a los conductores a adelantar con prudencia y con amplia distancia lateral de seguridad. Para controlar el carril de esta manera es conveniente fijar tu atención más en la línea izquierda del carril que en el borde de la calzada.

En ciudad se aplican las mismas reglas de seguridad. Esto equivale, en la práctica, a circular usando el centro del carril como un vehículo más, siendo ésta la única manera de evitar completamente los riesgos asociados al «dooring», manteniéndote lo suficientemente visible a la hora de atravesar intersecciones. Recordar una vez más que es posible adelantar a un ciclista en presencia de línea separadora continua, invadiendo el carril contrario.

1) Valora tu posición desde la izquierda para controlar un carril estrecho o de ancho normal.
2) Este espacio debe ser claramente menor que la anchura de un coche pequeño.
3) El espacio a tu derecha es una reserva de seguridad que te permite una ruta de escape para evitar numerosos riesgos.

Carreteras de un carril por sentido de circulación: busca el equilibrio entre cortesía y seguridad

¿Pero qué sucede si los conductores no pueden adelantar nunca debido al tráfico en sentido contrario o a la falta de visibilidad?

La ley te da el derecho a usar la calzada, el mismo que tienen los conductores de vehículos de motor, y requiere que los demás usuarios de la vía reduzcan su velocidad y permanezcan detrás de ti mientras no sea seguro adelantarte.

Ninguna norma dice que los conductores deberán poder siempre circular a la velocidad máxima permitida de la vía. Sin embargo, puede ser descortés e incluso llegar a resultar peligroso mantener detrás demasiado tiempo a conductores que quieren circular más rápido. Cada persona tiene diferentes niveles de tolerancia ante la espera, pero tras 60-90 segundos, un conductor impaciente (quizá no el que va justo detrás de ti, pero sí el siguiente) es más propenso a ejecutar un adelantamiento inseguro. Por tanto, a veces puede resultar conveniente dejarles pasar, eso sí, sin sacrificar nuestra propia seguridad. Aquí van algunas opciones:

  • Usar un tramo más ancho, por ejemplo, un arcén amplio o una zona ancha tras una intersección. Muévete a la derecha y reduce tu velocidad para permitir el paso del tráfico que se ha acumulado detrás de ti. Después, reincorpórate a tu posición controlando de nuevo el carril.
  • Apartarte hacia la derecha del carril para animar al conductor a adelantarte a baja velocidad dentro del carril. Esto funciona solo si hay uno o dos coches pequeños detrás de ti. Debido a que los conductores habrán reducido su velocidad hasta ser similar a la tuya, considerarán seguro pasarte con menos distancia lateral. Sin embargo, no utilices esta técnica si ya hay cuatro o más vehículos detrás, puesto que los últimos tendrán tiempo de ganar velocidad o incluso podrías verte sorprendido por un camión o cualquier otro vehículo de grandes dimensiones.
  • Pararte. Si has acumulado detrás una cantidad de tráfico significativa y estás en una sección de carretera muy complicada, muchas veces es mejor simplemente encontrar un lugar donde detenerte. Una vez que el pelotón de tráfico ha pasado, puedes continuar. En tráfico urbano, si por algún motivo decides parar, los semáforos hacen que haya huecos de alrededor de un minuto entre un grupo de coches y otro que puedes aprovechar para reiniciar la marcha.

Hay que tener cuidado especial con los cambios de rasante, ya que puedes permanecer oculto durante algunos segundos. Por tanto, comprueba lo que hay detrás de ti antes de llegar al punto más alto. Asegúrate de que eres visible para los conductores que se aproximan. En caso contrario, libera el carril, apartándote a la derecha.

Cuando una carretera tiene una curva a la derecha y la visibilidad se ve afectada por una valla, elevación de terreno, edificio o vegetación, ponte en el lugar del conductor que viene detrás de ti. Circular más hacia la izquierda del carril permite que ese conductor te vea a tiempo y reduzca su velocidad y se mantenga detrás hasta que sea seguro adelantarte. Puedes hacer una señal de «no adelantar» con tu mano izquierda para dejar claro que sabes que hay coche detrás. Échate a la derecha, liberando el carril, para dejarle pasar una vez que ya es seguro el adelantamiento.

El brazo extendido con la palma de la mano hacia atrás significa «no adelantar». La mayoría de conductores lo entienden.

Es inteligente dejar pasar a los conductores que vengan detrás antes de entrar en un tramo donde sabes que luego no podrán adelantarte. Pero no seas tímido en disuadir activamente un adelantamiento cuando es inseguro. Haz la señal «no adelantar» (ver ilustración) para dejar claro que sabes que llevas un coche detrás, pero que el adelantamiento es inseguro. Llevar espejo puede ayudarte a valorar tus opciones.

Carreteras de múltiples carriles: maximizando la comunicación a larga distancia

Cuando una carretera tiene más de un carril en cada dirección, tienes que animar a los conductores a cambiar de carril completamente para pasarte. Dado que pueden usar el otro carril, no necesitan usar parte del tuyo para adelantar, lo cual sería una alternativa menos segura. Si un conductor se mueve solo parcialmente hacia el siguiente carril, se puede ver obligado a retornar a tu carril por otro vehículo que a su vez le esté adelantando. No es descortés y mejora tu seguridad dejar claro desde bastante distancia que los demás vehículos deberán cambiarse de carril para adelantarte. Además, cuanto antes lo hagan, antes otros conductores detrás de ellos te verán y podrán también cambiar de carril, normalmente, sin tener que reducir su velocidad. Por tanto, deberemos circular por el centro del carril de más a la derecha que sea pasante (es decir, no cuentan los carriles de giro, los cuales no debemos utilizarlos para seguir recto). Podemos ubicarnos incluso ligeramente a la izquierda del centro del carril. Sin embargo, cuando el tráfico en el siguiente carril a tu izquierda está congestionado, conviene circular un poco orillado a la derecha para que seas visible antes para cualquier conductor que pueda estar a punto de cambiarse a tu carril para adelantar por la derecha. Una comunicación clara a través de tu posición en el carril hace las cosas más fáciles para todo el mundo.

Cuando un conductor tarda demasiado en cambiarse de carril, se queda con pocas alternativas: o bien te adelanta de mala manera sin distancia lateral de seguridad, o bien revisar que el carril izquierdo esté libre de tráfico. En cualquiera de los dos casos, estará ocultando al ciclista para los siguientes coches durante más tiempo, causando una reacción en cadena de frenazos e incrementando la posibilidad de adelantamientos inseguros y acoso al ciclista.


Posicionarte en el centro del carril o incluso un poco a la izquierda, anima cambios de carril con más antelación, haciendo que los adelantamientos sean más seguros para el ciclista y más fáciles para los conductores de vehículos motorizados. Recuerda llevar ropa que facilite la visibilidad y luces siempre que no sea completamente de día.

Carriles anchos y extra-anchos

En algunos países hay carreteras con carriles extra-anchos de hasta 4.5 metros. Bajo algunas condiciones, con carriles tan anchos, los ciclistas quizá decidan compartir el carril con otros vehículos más rápidos o, incluso, pueden estar obligados a ello por las normas. Aun así, deberás tener en cuenta los riesgos que aparecen cerca del borde, como posible pavimento en mal estado, ángulos ciegos, etc., antes de decidir abandonar la posición de control del carril. También debes considerar el ancho de los vehículos que típicamente usan esa carretera. ¿Hay muchos vehículos pesados, camiones o autobuses? Sí es así, probablemente no es buena idea compartir el carril y arriesgarte a una colisión lateral con un vehículo de gran tamaño.

En un carril extra-ancho, ten en cuenta que los coches que te están adelantando fácilmente dentro del carril podrían cortar tu trayectoria al hacer un posible giro a la derecha nada más pasarte. En caso de que te pille desprevenido con un gancho a la derecha, mantener una distancia de seguridad desde el borde de la calzada nos facilita el espacio necesario para hacer un giro de emergencia.

Se requiere hilar muy fino en carriles muy anchos donde puedan caber dos coches en paralelo. Quieres evitar que otros vehículos te adelanten por la derecha, pero sin llegar a una situación en la que dejes tanto espacio a la izquierda que te puedan pasar, no ya un coche, sino dos en paralelo a tu izquierda. Imagínate que este carril tan ancho son en realidad dos carriles estrechos y que tú estás controlando el de más a la derecha. Esto te mantendrá lejos de los riesgos del borde, a la vez que permitirá a los coches adelantarte con suficiente margen lateral en el carril extra-ancho. Un espejo retrovisor puede ser especialmente útil en estos casos. Cuando te estés aproximando a una intersección, tendrás que ajustar tu posición dependiendo de hacia dónde te dirijas, tal como se describe en el siguiente capítulo.

Carriles bici

Un carril bici bien diseñado debería animarte a circular en la posición que resulte más segura cuando circules más despacio que los coches. También debería animarte a desplazarte hacia la izquierda fuera del carril bici, antes de una intersección, si vas a seguir recto o girar a la izquierda. Muchos carriles bici no hacen esto muy bien. No te dejes arrastrar a la zona de peligro cercana a los coches aparcados: muchas veces tendrás que circular en el límite izquierdo del carril bici. Recuerda que los vehículos motorizados tendrán que cruzar el carril bici para aparcar y acceder a las entradas de garaje. Adelanta por la izquierda siempre que sea posible; adelanta por la derecha en el carril bici solamente a baja velocidad y solamente donde un coche no tenga posibilidad de girar a la derecha. Podrías estar en el ángulo ciego de un conductor, se puede abrir una puerta o un peatón puede salir de entre los coches aparcados. Nunca adelantes por la derecha a un vehículo pesado como un camión o un autobús. Y no dudes en abandonar el carril bici cuando lo consideres necesario para tu seguridad. Todas las directrices de este libro sobre la posición correcta en el carril se aplican tanto si hay carril bici como si no.

Un arcén transitable puede funcionar también como carril bici aunque no esté marcado como tal. Por ejemplo, en países como España, los ciclistas no podemos circular por autopista, pero sí por autovías (siempre que no esté expresamente prohibido). En este caso, deberemos circular siempre por el arcén y bastante a la derecha para evitar el golpe de aire que puede provocar el paso de camiones a alta velocidad. Salvo en los carriles de aceleración y deceleración, en las autovías no se te cruzarán otros vehículos y, por tanto, no hay problema con coches que giren o peatones.

Cuando estés esperando en una cola de tráfico o moviéndote a baja velocidad, alinéate con los conductores de los coches. Esta posición te mantiene a salvo de los coches que giran a la derecha y mejora tu habilidad para ver y ser visto.

Cuando vas más rápido que los coches

Los vehículos motorizados no siempre circulan más rápido que las bicicletas. Una línea de coches puede quedar ralentizada debido a que hay mucho tráfico. Además, cuando bajamos un puerto de montaña o hay viento de cola o porque simplemente tú eres un ciclista bien entrenado, circulamos rápido y por lo tanto necesitamos más espacio para maniobrar y frenar.

Si vas tan rápido como el resto del tráfico, colócate en la fila como cualquier otro vehículo. Es peligroso circular en paralelo por la derecha de un coche o adelantar por la derecha. El conductor podría girar a la derecha o pegarse más al bordillo sin ni siquiera haberte visto en ningún momento. La posición más segura en el tráfico -sin importar que llevemos una bicicleta o cualquier otro vehículo- depende de lo rápido que vayas o hacia dónde te dirijas. Este principio se aplica a la posición en el carril y a la utilización o no del carril bici o del arcén.

Mientras vayas a una velocidad similar al resto del tráfico, permanece en línea con el vehículo que te precede. Y si vas más rápido, adelanta por la izquierda, exactamente igual que harías si fueras conduciendo un coche. Los conductores esperan ser adelantados por la izquierda, por lo que miran a la izquierda antes de salir.

Antes de adelantar, observa el tráfico detrás de ti para asegurarte de que puedes incorporarte con seguridad al carril de adelantamiento (más detalles en el siguiente capítulo). Mantén una distancia lateral razonable con el vehículo que estás adelantando. No te acerques sigilosamente a su lado. Sitúate en el lugar donde el conductor te buscará con la mirada. Si vas a adelantar a un camión o a un autobús, déjale incluso más margen lateral -unos dos metros-, ya que puede desplazarse bastante lateralmente antes de que tú puedas haberle rebasado totalmente. Cuando ya estés claramente por delante del vehículo lento, mira detrás para chequear que no está ganando velocidad, señaliza para conseguir su cooperación y retorna al carril derecho.

A veces, el coche, autobús o camión que estás adelantando cogerá más velocidad mientras tú estás ejecutando la maniobra. Entonces, simplemente mantén la misma posición y frena ligeramente si es necesario para poco a poco quedarte atrás. Cuando ya estés detrás, mira por si viniera tráfico y entonces recupera tu posición normal en el carril derecho.

Cuando adelantes a un vehículo grande que esté parado -por ejemplo, un autobús- deja un amplio margen lateral de 2 metros, avanza hasta una posición claramente por delante de él y comprueba antes de volver a la derecha. No es buena idea jugar al juego de la rana saltarina con un autobús para que te esté adelantando en cada tramo entre paradas. Salvo que estés seguro de que puedes mantenerte por delante de él, es mejor permanecer detrás hasta que sale de la parada. En una calle de circulación rápida, el autobús se pondrá claramente por delante de ti antes de que vuelva a parar.

Resumen

Tu ubicación correcta en la calzada depende de un sensato conjunto de reglas, el mismo que para un conductor de coche: mantente a la derecha si vas despacio, pero sal a la izquierda para adelantar. La manera de aplicar estas reglas es ligeramente diferente -tal como hemos explicado en este capítulo-, ya que la mayoría de bicicletas son estrechas y suelen circular más despacio que el tráfico a motor.

Muchos ciclistas creen que es más seguro y cómodo circular más a la derecha de lo que recomendamos en este manual. Tienen miedo de molestar a los conductores de vehículos motorizados o a ser alcanzados desde atrás. En realidad, la mayoría de conductores que te adelantan raspando no albergan mala intención; simplemente, no comprenden bien el espacio que necesita una bicicleta. Circular demasiado a la derecha es inseguro porque estás en una zona de peligro por baja visibilidad y posible apertura de puertas de coches aparcados; invita a que los vehículos motorizados te pasen demasiado cerca y elimina la opción de tener una ruta de escape hacia la derecha. La posición correcta en el carril descrita en este manual es más segura y eficiente. No te dejes intimidar. Hazte responsable de tu propia seguridad incluso si en algunos momentos tienes que forzar al resto del tráfico a reducir ocasionalmente su velocidad y permanecer detrás de ti.

El correcto entendimiento de la posición en la calzada marca la diferencia entre un trayecto estresante, lleno de sorpresas, y un viaje tranquilo y sin incidentes.

Índice de capítulos de «El ciclista astuto»