El pasado 20 de agosto el Ayuntamiento de Madrid hizo efectivo el proyecto de peatonalización en la Puerta del Sol, cuyo planteamiento data de 2014. Se trató de una actuación rápida que en un primer momento limitaba la posibilidad de atravesar la plaza a las bicicletas, según la señalética y la propia policía municipal. Tras la confusión inicial, se mantiene la posibilidad del paso de bicicletas permitiendo cruzarla en el eje este-oeste. este cambio se produjo durante la madrugada del día siguiente a la puesta en marcha de la actuación como se puede apreciar en este enlace.
En este artículo analizamos los pros y los contras de la situación actual desde nuestro prisma como ciclistas, pero no podemos obviar que es una medida que tiene otras consecuencias en la vida de los madrileños y también nos ponemos en su lugar. Si la situación vuelve a cambiar en los próximos días quizá haya que actualizar esta entrada.
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Entrada a la plaza desde la calle Mayor con la señalización permitiendo ya el paso de bicicletas
Desde el punto de vista de los ciclistas:
Que se siga permitiendo atravesar Sol en los ejes Mayor-Carrera de San Jerónimo y Alcalá-Mayor es una buena noticia. No olvidemos que la Puerta del Sol y las zonas aledañas son un área peatonal muy grande y los recorridos en el eje norte-sur están muy penalizados desde antes ya de esta reforma. En este mapa se puede apreciar la extensión del área y las opciones de moverse en bicicleta legalmente. Esa dificultad para atravesar la plaza y aledaños sin dar rodeos provoca que en ocasiones se circule por la zona estrictamente peatonal.
La circulación de bicicletas por zonas peatonales sin una regulación clara es fuente de conflictos, tal y como ocurre en Madrid Río: los peatones no caminan ateniéndose a reglas de circulación como los vehículos y naturalmente no tienen porqué hacerlo; no siguen trayectorias rectilíneas, no tienen porqué estar pendientes de preferencias, no señalizan maniobras y sobre todo pueden estar legítimamente parados en cualquier parte. En esas condiciones introducir un flujo de vehículos en medio de una zona peatonal densa como es la Puerta del Sol puede servir para intensificar los problemas que ya se producían en el sentido reservado a bicis (SRB) de la calle Mayor que cruzaba la plaza desde la calle Alcalá en sentido oeste: cruzar el carril sin mirar o pararse encima del mismo por parte de los peatones, circular por fuera de la zona marcada para acortar por parte de los ciclistas, generalización del uso de la bici en todo el espacio y extensión del problema a las calles peatonales aledañas (Carretas, Montera, Preciados, Arenal… ).
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Un hombre camina junto a su bicicleta correctamente por la zona peatonal. Foto de @MadCycleCuqui
Por otro lado, las tres bases de Bicimad existentes en la zona peatonal en el entorno de la plaza se encuentran aisladas del eje ciclista. Legalmente habría que empujar las bicicletas del sistema público de alquiler hasta el carril habilitado, así como llegar a la base caminando con la bici. Es previsible que el problema se agrave con las nuevas concesiones de bicicletas sin base, seis empresas que desplegarán hasta 2.000 dentro de la M30 antes de noviembre. Estos vehículos se suman a los patinetes eléctricos de alquiler de los que en Madrid hay ocho empresas operando (de las 16 que tenían licencia para hacerlo) y que habitualmente abusan del espacio público. Debería replantearse la existencia de esas bases de Bicimad en el entorno peatonal y regularse el aparcamiento de bicicletas y vehículos de movilidad personal compartidos, prohibiéndolo en zonas peatonales para no fomentar de forma indirecta el paso de vehículos.
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Entrada a la Puerta del Sol desde la calle Mayor; se aprecia el fresado y las marcas repuestas del sharrow y el SRB
Desde el punto de vista de los peatones:
La Puerta del Sol y su entorno ya eran prácticamente una gran zona peatonal. El único cambio que trae la nueva situación es que permite cruzar hacia Carretas o Pontejos sin esperar ningún semáforo, algo que antes no se podía hacer. Esto puede agravar los conflictos con las bicicletas que circulen por la vía que se ha mantenido, ya que ahora no hay ningún motivo para que los peatones no crucen en cualquier momento el carril. Por lo que se conoce del proyecto, no parece que se hayan previsto mejoras en el espacio de la plaza como sombras o zonas de descanso que sí son pertinentes en un área tan grande. A día de hoy es una plaza dura casi sin sombras ni arbolado y no parece que en ese sentido vaya a mejorar.
Desde el punto de vista de los usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (VMP):
Este tipo de vehículos no aparecen especificamente mencionados en las excepciones para atravesar la plaza. En este momento parece que se está dejando a criterio de los agentes el permiso para atravesar la zona a este tipo de vehículos. Sin embargo, como se ha mencionado más arriba, la flota de este tipo de vehículos compartidos existente no tiene limitación de aparcamiento en esta zona, con el consiguiente perjuicio para el peatón. Al mismo tiempo, esta inseguridad legal es una traba más para los usuarios de VMP propios, que en ocasiones abandonan su uso ante la incertidumbre de ser amonestados.
Desde el punto de vista de los vecinos:
La restricción total al tráfico se ha llevado por delante la única línea de la EMT que daba servicio interno a la zona, la 3. Esta línea vertebra el barrio y es una opción muy utilizada por personas mayores ya que es más accesible que las estaciones de metro. Como muy gráficamente muestra el plano del metro «accesible», en el centro son mayoría las estaciones pesadilla que implican subir o bajar escaleras y desplazarse caminando hasta una de estas estaciones puede no ser una opción viable para algunas personas.
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La Latina o puerta de Toledo son ejemplos perfectos de «estación pesadilla» para personas con problemas de movilidad
Las asociaciones de vecinos del distrito centro han mostrado su desacuerdo con la medida y cómo se ha llevado a cabo. Afirman no haber sido consultadas en absoluto al respecto. Debería garantizarse que los vecinos puedan acceder en condiciones a sus viviendas y para realizar las actividades cotidianas. Algunos residentes por razones de edad o estado de salud ven muy comprometidas sus opciones de movilidad para gestiones básicas. En este artículo se hace una enumeración de los problemas que surgen. Las restricciones deben tener en cuenta que los residentes puedan vivir y circular adecuadamente por su barrio, algo que el representante de la Asociación Vecinal de Cavas-Latina explica en esta pieza de Telemadrid.
Desde el punto de vista del tráfico:
El tráfico que pasaba por la Puerta del Sol se redirige a calles hasta ahora tranquilas. A partir de este corte tendrán que soportar la circulación de transfers de hoteles, taxis y VTC, tanto ocupados como libres en busca de clientes, así como el ruido y la contaminación asociadas. No queda claro dónde se redirigirán los buses turísticos, que eran casi los otros únicos vehículos que atravesaban el espacio. En todas esas calles empeora la situación para caminar. Los vehículos que ya atravesaban la zona probablemente lo seguirán haciendo: debido a las restricciones de tráfico no era una zona de paso aunque sí de destino para los vehículos de transporte de pasajeros. Los atascos que se organizaban ocasionalmente se veían agravados por las obras de Canalejas y no porque se usara la plaza para atravesar el centro. Es decir, presumiblemente no se reducirá el tráfico de la zona pero sí se lo hace circular por un recorrido más largo y afectando a más calles.
La Puerta del Sol cuenta con un buen acceso en transporte público en el intercambiador de Sol (Cercanías, Metro) razón por la cual la mayoría de los desplazamientos a la zona ya se realizan de forma sostenible. Fomentar esta movilidad es fundamental en toda la ciudad si bien en el centro está garantizada. No obstante existe también una amplia oferta de aparcamientos públicos, tanto privados como municipales, razón por la cual aún habrá una minoría que quiera acceder al centro en coche. De los 12 aparcamientos municipales que hay entre Gran Vía, Bailén Atocha y el Paseo del Prado, sólo los de las plazas de Ramales y Santa Cruz y el de la calle Alameda no cuentan con plazas de rotación y sólo permiten residentes. La peatonalización de la plaza, por tanto, no mermará las posibilidades de acceso en coche como sí hace con la capacidad de moverse de los vecinos.
Qué es lo que sí tiene de bueno la peatonalización de Sol:
Es evidente que la restricción de tráfico a motor es una mejora en cuanto a la contaminación acústica, ambiental y la seguridad de la plaza; caminar por ella será ahora más tranquilo tanto para visitantes como para residentes. Si comparamos con esta imagen de la Puerta del Sol cuando estaba completamente surcada por vehículos, hemos de reconocer que la situación es mucho mejor. También desaparecen los atascos generados por los vehículos motorizados haciéndolo un espacio más agradable; atascos que en los últimos meses se han visto agravados por las obras de Canalejas que parecen tocar a su fin. Además, pese a la confusión inicial, se mantendrá la posibilidad de atravesar la plaza a las bicicletas y por tanto el itinerario ciclista este-oeste no se ve modificado.
El cierre de la Puerta del Sol, como otras medidas planteadas en el centro de la ciudad podría considerarse una medida publicitaria para extender la idea de que no se puede ir al centro en coche. Si además estas peatonalizaciones van a llevarse a cabo en el resto de distritos de la capital como anunció el alcalde, sería un primer paso en un replanteamiento de una ciudad para las personas.
Conclusión:
Conservar la posibilidad de atravesar la plaza de este a oeste y viceversa es fundamental para la movilidad en bicicleta y VMP dentro del barrio y a la hora de atravesar la almendra central y celebramos que así sea, tras las informaciones contradictorias del primer día. Así mismo, es importante evitar la invasión de espacios exclusivamente peatonales por parte de estos vehículos.
Consideramos que sería razonable mantener el servicio de buses de la EMT en las calles Mayor y Bailén, permitir taxis o VTC con origen o destino en la propia Puerta del Sol y residentes y bicis en ambos sentidos siempre manteniendo la prioridad peatonal. Para ello es imprescindible un control efectivo especialmente de taxis y VTC y que exista una parte de la plaza especialmente dedicada al paso de todos estos vehículos. Las calles de prioridad peatonal ya existen y combinadas con restricciones serían una medida más que suficiente.
En la situación actual de descenso de la movilidad debido a la incidencia del COVID19, establecer un plan de restricciones de tráfico en diferentes ámbitos de la ciudad es una buena idea, siempre que no sea a costa de perjudicar al transporte público, especialmente el colectivo, y a los modos sostenibles (bicicletas, VMP). En nuestra opinión, se debe buscar siempre y en primer lugar el beneficio de los vecinos, porque por mucho selfie chulo que se puedan hacer los turistas, sin madrileños no hay Madrid.
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Bicicleta circulando por la calzada en la Puerta del Sol