La asociación cree que la idea de que la única forma de potenciar la bici es la creación de “corredores ciclistas temporales” en las ciudades envía un mensaje equivocado a la población.
En una situación en la que la principal medida de seguridad frente al contagio de la COVID-19 es la distancia de seguridad de entre 1,50 y 2,00 metros no hay ningún carril bici en la capital que permita mantenerla. El carril bici bidireccional de Santa Engracia por ejemplo, tiene 1,25m de anchura por sentido por lo que dos ciclistas circulando en direcciones opuestas pasan a una distancia de entre 12 y 27 centímetros. Muchas de las vías ciclistas existentes en la ciudad están en aceras agravando la falta de espacio entre peatones y ciclistas.
En Madrid las bicicletas pueden circular como cualquier otro vehículo con los mismos derechos y obligaciones que el resto por cualquier calle. En condiciones normales los carriles-bici segregados ya adolecen de esa falta de espacio, generan anomalías en el tráfico complicando las intersecciones, cuentan con trazados y anchos insuficientes para circular con seguridad y deslegitiman el uso de las calzadas adyacentes.
Gastar dinero en carriles bici, definitivos o no, en esta situación supone un dispendio innecesario y a todas luces no urgente frente a otras necesidades. Lo temporal también es costoso de mantener: en Francia se estima el coste de 50.000€/km para infraestructuras provisionales
En la situación actual de reducción de la movilidad hay que potenciar los modos que más viajeros mueven. El enfoque de las administraciones públicas debería ser reforzar el transporte público, que es más útil para una mayoría y sobre todo más solidario y con un menos coste por habitante. Creemos que se debe insistir en el aumento de frecuencia del transporte y mejora de condiciones de seguridad y salubridad. Hay que evitar un futuro aumento del uso del coche o la moto como transporte individual.
Madrid Ciclista insiste en la necesidad de desaconsejar el uso de carriles bici. Incluso insta al Ayuntamiento de Madrid a clausurarlos porque no permiten mantener la distancia de seguridad recomendada por el Ministerio de Sanidad. En el caso de los carriles en acera debería retirarse la señal de obligatoriedad de su uso prohibiéndolos y cediendo ese espacio para el tránsito peatonal.
En cuanto al fomento de la bicicleta son aún más importantes soluciones de impacto para todos los habitantes de la ciudad que crear infraestructuras inseguras. La asociación propone:
- Restringir el tráfico de paso en determinadas calles para permitir mejor circulación de ciclistas y viandantes permitiendo la ampliación de aceras (Pº del Prado) y una circulación más calmada (vías laterales de la Castellana).
- Calmado efectivo del tráfico y control de las limitaciones de velocidad actuales de 30 y 50 km/h.
- Campañas de concienciación que incidan en la idea de que la bicicleta tiene derecho a usar la calzada y las aceras y espacios peatonales deben respetarse.
- Fomento efectivo del uso de la bici con campañas mostrando sus virtudes como vehículo y mostrando cómo circular con seguridad.
- Dotar a la bicicleta de ventajas que no impliquen obra civil ni gastos innecesarios.
- Mantenimiento del servicio de préstamo público de bicicletas Bicimad en condiciones óptimas e higiénicas de uso.