Los robos de bicicletas, así como de sus componentes, pueden suponer un serio desincentivo a la hora decidirse a usar la bicicleta diariamente, en especial en entornos urbanos. Dichos robos se pueden evitar en su mayoría usando un buen candado. Invertir en un buen sistema de seguridad debe ser considerado casi tan importante como la bicicleta misma. En este artículo damos una serie de recomendaciones de seguridad y buenas prácticas que todo usuario de la bicicleta debería conocer.
Nociones generales
Los robos más frecuentes de bicicleta se suelen producir al candar la bicicleta en la calle, pero también en zonas comunes dentro de vecindarios como son plazas de aparcamiento e incluso en trasteros privados. En este último caso, al tratarse de zonas privadas, los usuarios tienden a no encadenar la bicicleta, lo cual es un error. Hay que darse cuenta de que al ser lugares poco frecuentados, especialmente durante la noche, el ladrón tiene tiempo más que suficiente para destruir cualquier elemento antirrobo, sin preocuparse de hacer ruido o de ser descubierto.
Por todo ello, es necesario prestar una atención especial al candar la bicicleta, debiendo hacerlo con candados con un nivel alto de seguridad, por una parte, pero también poniendo cuidado en la elección de los elementos de anclaje. No sirve de mucho usar un buen candado y un punto de anclaje deficiente, puesto que es ese caso siempre será posible llevarse la bicicleta fácilmente, con la intención de destruir el candado posteriormente con más tranquilidad. Así, por regla general pero muy especialmente en el caso de una comunidad de vecinos, se deberán combinar estos dos elementos, un buen candado y un encadenado correcto a un punto de anclaje suficientemente sólido.
En el caso de dejar la bicicleta en la calle, bien durante un corto periodo de tiempo, bien durante períodos más prolongados, las reglas a seguir para conseguir una buena seguridad son las mismas que en el caso anterior, debiendo privilegiar las zonas más concurridas donde un robo será más improbable. De nuevo, un par de buenos candados, un anclaje apropiado y un punto de anclaje sólido son fundamentales.
Se debe evitar igualmente dejar la bicicleta en la calle toda una noche, y si esto no es posible, recurrir a aparcamientos cerrados o vigilados. Además, en caso de disponer de varias bicicletas, es importante encadenarlas todas juntas, ya que esto dificulta enormemente su robo al aumentar el peso y dificultar la movilidad de un ladrón. También es importante retirar los pequeños elementos propicios de robar que sean extraíbles: cuentakilómetros, luces obligatorias de circulación nocturna, alforjas, etc.
Por último, una manera económica de evitar robos de ciertos componentes de la bicicleta, como son las ruedas y el sillín, es reemplazar los cierres rápidos por elementos de seguridad más específicos, que requieren el uso de una llave poco habitual si se quiere poder desmontar estos elementos.
En un nivel superior, es posible usar tuercas, tornillos y bloqueos de seguridad específicos para evitar robos de ruedas, sillines, etc. Este tipo de elementos son muy poco habituales, lo cual los hace aún más seguros. Es posible informarse y encontrar estos sistemas en algunas ferreterías y en tiendas de bicicletas especializadas.
Como no anclar la bicicleta
Es vital evitar el anclado de la bicicleta usando únicamente las ruedas o el sillín. La razón es que la mayor parte de la bicicleta queda expuesta a un robo.
Tampoco es conveniente candar únicamente el cuadro de la bicicleta, ya que en este caso lo que queda expuesto será el resto de elemento, las ruedas, sillín, etc.
Idealmente, una bicicleta deberá de encadenarse a un elemento suficientemente robusto, usando dos candados. El primero, de tipo U-lock, asegura el cuadro de la bicicleta, el elemento de anclaje y la rueda trasera. El segundo, U-lock o cadena, fijará la rueda delantera, el cuadro y ese mismo elemento de anclaje.
Usar únicamente uno de los dos candados también es una buena opción, aunque no la ideal, siempre que se proceda como se muestra en la imagen siguiente. Si es así, se debe privilegiar la rueda trasera, pudiendo la delantera en general ser fácilmente desmontada y fijada junto al resto.
Como se dijo anteriormente, conviene evitar encadenar exclusivamente el cuadro de la bicicleta. Cuanto menos espacio libre quede dentro del candado para maniobrar herramientas por parte del ladrón, mejor.
En cualquier caso, es fundamental no apoyar en el suelo el candado, ya que un candado cerca del suelo es más fácil y discreto de romper. Por último, y esto es importante aunque no lo parezca, hay que prestar atención a llevarse siempre la llave del candado: al convertirse en un gesto repetitivo, es posible olvidarla.
Estructuras de anclaje
Los elementos fijos a los que encadenar la bicicleta deben estar firmemente anclados al suelo, pared o similar, como por ejemplo el mobiliario urbano, aparcabicis, vallas separadoras, etc. La estructura de anclaje debería idealmente ser al menos tan resistente como el antirrobo que se utilice. De nada sirve un buen candado en una estructura de anclaje deficiente. Además, deberá contar con espacio suficiente para que el usuario pueda maniobrar y anclar la bicicleta con comodidad. Evidentemente, si se encuentran en una zona vigilada, la seguridad se verá reforzada.
Las estructuras que permitan encadenar la bicicleta como se mencionó anteriormente, usando dos candados, deben ser privilegiadas. Es por ello que las estructuras con soportes de rueda deben ser evitados, ya que únicamente permiten encadenar la rueda delantera, lo que como se ha visto es insuficiente, además de que estas estructuras pueden llegar a deformar la rueda de la bicicleta. En caso de tener que utilizarlos, una opción mejor es servirse de ellos de una manera no prevista inicialmente.
Tipos de candado
El precio de un buen candado dependerá de varios criterios relacionados entre ellos, que además determinarán su validez como elemento anti robo.
- Su nivel de seguridad
- La calidad y resistencia de sus materiales
- Su grosor y su peso
- Comodidad de transporte en la bicicleta
- Sus dimensiones
- El tipo de cerradura
- Sus características de diseño
Los tipos de candado más habituales que se pueden encontrar son los siguientes, en orden creciente de seguridad:
- De cable o espiral. Flexibles, ligeros y habitualmente suficientemente largos, son en cambio fáciles de cortar, ofreciendo una escasa seguridad.
- De cadena. Para tener un buen nivel de seguridad, será necesario disponer de 12 mm de espesor y acero templado, además de una longitud suficiente (unos 90 cm) para fijar el cuadro y la rueda al elemento de anclaje, por lo que suelen ser bastante pesados. Puede ser transportado enrollado en el cuadro o la tija del sillín, por lo que será importante que dispongan de una funda que no los dañe.
- Plegables. Cómodos de transportar con un elemento de sujeción al cuadro de la bicicleta, suelen poseer una longitud mayor que los de cadena o U, y al igual que las cadenas, son muy versátiles. Ofrecen un nivel de seguridad intermedio y suelen ser pesados.
- Rígido en U o D-lock. Ofrecen un alto nivel de seguridad, aunque son pesados, ya que deben ser de una longitud suficiente para permitir un anclaje cómodo. Pueden llevarse sujetos al cuadro con ayuda de un soporte específico. Además, será necesario que tengan un grosor suficiente y puede ser muy conveniente evitar los de cerradura con llave cilíndrica.
Otras medidas anti-robo
Es importante guardar el ticket de compra en el caso de una bici nueva, a ser posible una versión electrónica del mismo que no se degrade con el paso del tiempo, donde conste claramente las características de la bicicleta que permitan identificarla más fácilmente. En especial, es conveniente apuntar el número de serie o de bastidor de la bicicleta, además de guardar algunas fotografías de la misma, que facilitarán su identificación en caso de robo.
Una medida que puede ayudar a evitar el robo de bicicletas es el registro de bicicletas en biciregistro.es, lo que dificulta en cierta medida que una bicicleta robada pueda ser revendida en territorio nacional, facilitando su recuperación una vez localizada. Además tiene una función disuasoria, ya que las bicicletas registradas tienen una pegatina que advierte de ello a los amantes de lo ajeno.
Seguros para bicicletas
Por último, un seguro específico antirrobo, o bien su inclusión junto al seguro del hogar puede ser una medida que compense al usuario de bicicletas con un precio elevado. Cabe notar que los seguros únicamente se hacen cargo de un robo de bicicleta si ésta ha sido candada correctamente, a un elemento fijo sólido, e incluso llegar a incluir listas de candado homologados. En este artículo de enbicipormadrid podéis encontrar más información.
Aquí os dejamos enlaces a algunos de los seguros de bici más populares:
Conclusión
El sentido común y un par de buenos candados son siempre los mejores aliados del ciclista que quiera evitar un robo tanto en la calle como en áreas comunitarias privadas o plazas de aparcamientos para ciclistas. A mayor inversión en seguridad, mejor será ésta. Una buena regla consiste en invertir en seguridad un 10% del precio de la bicicleta, aunque todo dependerá del contexto de uso en cada caso particular. Consulta la ordenanza de movilidad local antes de encadenar la bicicleta en ciudad, evitando siempre anclar la bicicleta a árboles, señales de tráfico o cerca de pasos de peatones.
Por último, evita la compra de bicicletas de segunda mano que sospeches que pueden haber sido robadas. En cualquier caso, exige siempre al vendedor factura de compra y redacta un contrato de compra-venta, ya que estas medidas indirectamente también puede ayudar a evitar robos.