+34 810101123

Un buen arranque

Veamos primero cómo subirte a tu bicicleta. Si montas de la forma correcta, tendrás un arranque más rápido y seguro, así como una postura más eficiente al circular. También veremos cómo detenerse de forma suave, de manera que estés bien situado para poder arrancar de nuevo rápidamente.

Arrancar y parar

Cuando vayas a subir a tu bici, primero sitúate de pie delante del sillín, sobre el cuadro. Acciona los frenos para que la bicicleta no ruede. Una bici estable te permitirá situarte en una posición adecuada para montar fácilmente.

Cómo subirse a una bici y arrancar.

1) Sitúa el pedal en la posición de las 2 en punto. (Si usas pedales planos sin calas, coloca tu pie bajo el pedal para levantarlo.)
2) Usa el pedal a modo de escalón para levantar tu cuerpo a la vez que la bicicleta comienza a avanzar.
3) Siéntate en el sillín y coloca tu otro pie en el pedal opuesto para seguir pedaleando.

Ahora, con cualquiera de los dos pies, gira suavemente la biela hacia atrás hasta que el pedal quede en la posición de las 2 en punto —hacia delante y arriba—. Si la biela no gira con suavidad, cambia de marcha hasta que la cadena quede recta, y entonces, pedalea hacia atrás. Si tu bicicleta tiene freno de contrapedal, baja un pie al suelo y levanta la rueda trasera para que puedas girar los pedales hacia delante con el otro pie, o girar para atrás para colocar los pedales. Por último, coloca el pie en el pedal más adelantado.

Cuando tengas un pie en el pedal situado en la posición de las 2 en punto, estarás listo para empezar a moverte. Suelta los frenos y presiona el pedal hacia abajo. El primer golpe de pedal pone en marcha la bici y te eleva hasta el sillín. Cuando el pedal opuesto llegue a la posición superior, pon el pie en él para dar el segundo golpe de pedal.

Antes de detenerte, cambia a una marcha baja que te permita volver a arrancar con facilidad. En la mayoría de bicicletas, las marchas cambian únicamente mientras giras los pedales: anticipar merece la pena. Continúa girando los pedales sin forzar hasta que termines de cambiar.

Al detenerte, mantén un pie en un pedal y deslízate hacia delante en el sillín. Inclina la bicicleta hacia el lado en que tengas tu pie libre y colócalo en el suelo. Una vez parado, levanta el otro pie y su pedal hasta la posición inicial de las 2 en punto, de la misma forma que cuando te subiste a la bicicleta. Si tu bici tiene freno de contrapedal, debes apoyar ambos pies en el suelo y, a continuación, poner el pie opuesto sobre el pedal adelantado.

Para una conducción eficaz, la rodilla debería estar ligeramente flexionada en la parte inferior de la pedalada. Esto ayuda a las rodillas.

Independientemente del tipo de pedales que utilices (ver mas adelante), mantén sólo un pie en el suelo cuando te detengas. El otro pie debe esperar sobre su pedal en la posición de las 2 en punto, preparado para un arranque rápido.

Uso de pedales automáticos o calapiés

Los pedales automáticos, o los antiguos calapiés y correas, son como «cinturones para los pies». Aunque no son necesarios, mejoran la eficiencia del pedaleo y la seguridad —una vez que has aprendido a usarlos—. Asegúrate de dominar el movimiento de liberación antes de hacer uso de ellos.

Existen varios sistemas diferentes de pedales automáticos. Muchos permiten un ajuste de la fuerza de liberación. Dado que la mayoría de la gente sitúa sus pies hacia el exterior de manera natural, es posible que tengas que girar las calas de las zapatillas para una mayor comodidad, evitando tensiones en las rodillas. Si te duelen las rodillas, ocúpate de este problema. Además de ser doloroso, puede provocar lesiones en las articulaciones de la rodilla.

Asegura los calapiés y las correas desde el exterior hacia el interior del pedal, con un giro de 360 grados por debajo para evitar que se deslicen. Deja que el extremo de la correa sobresalga como una oreja de perro flácida —no la vuelvas a meter en la hebilla—. Aprieta la correa tirando del extremo y aflójala empujando la hebilla hacia fuera con el pulgar.

Al arrancar, encala después de coger algo de velocidad si no lo consigues al primer intento.

Evitar errores comunes

Empujar la bicicleta con los pies como si fuera un patinete no es tan estable ni tan seguro como el método de pedal-escalón descrito anteriormente en este capítulo.

A menos que tu bici esté diseñada específicamente para ello —un diseño de bielas hacia adelante (reclinado o semireclinado)— no deberías poder sentarte en el sillín con los dos pies en el suelo antes de arrancar. Si puedes hacerlo, el sillín está demasiado bajo. Asegúrate que la altura del sillín está bien ajustada (te pueden ayudar en una buena tienda de bicicletas). Un sillín demasiado bajo (o demasiado alto) puede provocar lesiones en las rodillas y dificultar tu pedaleo.

Resumen

Practica el método del pedal-escalón hasta que te sientas cómodo con él. Sube el sillín si está demasiado bajo. Practica también el cambio de marchas cuando te detengas, así tendrás una buena aceleración cuando vuelvas a arrancar. La recompensa serán arranques más suaves, seguros y rápidos.

 

Índice de capítulos de «El ciclista astuto»