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Hace unos meses tuve ocasión de visitar Copenhague. Inmediatamente me di cuenta de que había muchas bicis. Muchísimas. Aunque ya había visto los aparcamientos de las estaciones de tren llenos de bicis en Berlín, mi llegada a la estación central de Copenhague no me decepcionó: un gran aparcamiento de bicis, con una estructura para ponerlas a dos alturas.

Analisis del ciclismo urbano en Copenhague, capital de DinamarcaMuchas bicis en Copenhague

Aunque algunas parecían no estar candadas, fijándome un poco pude comprobar que el candado más habitual era el de cuadro en la rueda trasera. Pocas cadenas (habituales en Berlín) y pocas úes (habituales en Madrid). Así que vamos a ver la primera diferencia notable para un ciclista madrileño…

¿Aparcar la bici?

Las bicis en Copenhague no se aparcan, se abandonan. Me explico: vi pocos aparcabicis de U invertida como los de aquí, tampoco anclajes en las paredes o en los alcorques como en Berlín. En las plazas del centro de la ciudad había filas de tuerceruedas (estructuras metálicas que permiten sujetar una de las ruedas y que pueden provocar que los radios se doblen) en los que se amontonaban las bicis y se iban acumulando a su lado. No se usan para fijar la bici, simplemente son un apoyo para la rueda o una mera indicación de dónde dejarla. Todas las bicis tienen pata de cabra, así que lo más habitual fuera de esas plazas es encontrarse las bicis en cualquier parte. Fundamentalmente en las aceras y espacios peatonales.

Las bicicletas ocupan el espacio peatonal en CopenhagueBicicleta aparcada en zona peatonal

Otro motivo por el que no son necesarios anclajes más sofisticados es porque se usan candados de cuadro como se ve en la foto de arriba. Esto tiene dos ventajas: no hay que buscar un lugar concreto donde aparcar y no se tarda nada en hacerlo ya que sólo hay que bajar una pestaña para cerrar el candado y girar una llave para abrirlo. Como en todos lados se roban bicis, pero se ponen menos medios de lo que estamos acostumbrados a recomendar por aquí. Seguramente hay muchos motivos (culturales, históricos… ) para justificar esta diferencia y escapa a mi entendimiento analizar las posibles variables. Pero sin duda hay una consecuencia muy directa. Esta ligereza al dejar y recoger el vehículo facilita su uso, es mucho más rápido que tener que buscar un anclaje seguro, poner un par de candados…

Pero también tiene otros efectos. Hay aceras en las que a veces no se cabe. En la siguiente foto se puede ver el aparcamiento normal de una calle, con todas las bicis junto a la pared. Si nos fijamos, al fondo se ve una barredora limpiando. Obviamente no podía pasar por toda la acera. Es curioso que por la noche en esa acera apenas había ciclos, así que supongo que todas eran de gente que acudía a la zona a trabajar. Es una acera bastante ancha y además no solía caminar absolutamente nadie por ella (yo la recorría varias veces al día).

Madrid ciclista se acerca y analiza el ciclismo urbano en CopenhagueLas bicicletas aparcan en la acera de la capital danesa

Pero no todas las aceras kobmendenses son tan majas. En la siguiente imagen, tomada en el barrio de Vesterbro, vemos una acera constreñida entre la terraza del bar y el carril-bici. Afortunadamente las mesas sólo tienen banco a un lado.

Las terrazas y el carril bici copan el espacio peatonalEl espacio peatonal entre una terraza y el carril bici

Se podría pensar que una acera así está en una calle con escasa anchura y con poco movimiento de gente. Lo cierto es que está junto al antiguo matadero, ahora reconvertido en centro cultural y de ocio, con numerosas galerías de arte y restaurantes. Es una calle con un bulevar en medio, escaso tráfico de coches y una calzada anchísima de sentido único.

Salvo en el centro y especialmente en la calle Strøget y la zona circundante, peatonal y donde hay limitaciones horarias para circular con la bici, apenas hay gente caminando. Alguna noche en Nørrebrogade que tiene aceras muy estrechas sí que vi bicis acumuladas que estorbaban el paso. Nørrebro tiene cierta animación, así que las bicis de la gente atraída por la vida nocturna del barrio se acumulan donde pueden. Pero las aceras estrechas no son patrimonio del centro. En la foto de abajo podéis ver un ejemplo de una calle en Søborg: sí, la acera es sólo esa bandita de losas en la mitad diestra de la imagen. Adornada en este caso con un banquito de la tienda contigua. Y sí, la mayor parte de la calle es para los coches…

La distribución del espacio en Copenhague prima al coche contra el peatónAunque la calle sea ancha, caminar por las aceras puede ser incómodo

El reparto del espacio

El coche es el gran dueño del espacio en CopenhagueMuchos carriles para el coche

Aquí podéis ver la calle Gyldenløvesgade, nada más cruzar los lagos. Es una avenida principal que un poco más adelante va a dar a la plaza del ayuntamiento. Lo primero que llama la atención es la amplitud del espacio dedicado a los vehículos motorizados: tres carriles y un carril exclusivo para el autobús por sentido. He de decir que no vi atascos en todos los días que estuve allí. Pero Copenhague está lejos de ser una ciudad sin coches. Según los datos disponibles por ejemplo aquí el uso del coche es al menos similar al de Madrid y se confirma que se camina mucho menos.

Gráficas del reparto modal en Copenhague y Madrid

Es cierto que los datos no son muy actuales y probablemente haya cambiado la foto, pero ver tantas bicis hace que en un primer momento uno se “olvide” de la cantidad de coches que pasan. Así que vehículos a motor hay bastantes pero el tráfico es fluido y tienen espacio de sobra ya que hasta las calles secundarias son anchas.

Lo siguiente que se ve en la foto es el carril-bici. En este caso es unidireccional, bastante ancho y está separado tanto de la acera como de la calzada por bordillos. La anchura es similar a la de un carril de circulación normal en Madrid.

Y por último, la acera. Afortunadamente no es todo el rato así de estrecha.

En definitiva, el tráfico general consume la mayor parte del espacio público. Transporte colectivo y bicicletas están segregados en carriles especiales. En el caso del transporte público, con rutas fijas, esto ayuda a la fluidez del mismo. Pero en el caso de las bicis, siendo a veces muchos más vehículos e indudablemente un porcentaje notable de los desplazamientos, se ven recluidos en un espacio muy reducido del ancho de la vía. Incluso si el resto de la calle está vacía.

Los vehículos también ocupan espacio cuando están parados. En Madrid sufrimos en muchos barrios el amontonamiento de coches sobre las aceras, los pasos de cebra, en dobles filas… No vi problemas de aparcamiento en Dinamarca, y eso sin duda es un buen dato. Pero no los vi con los coches. Porque muchas bicis ocupan mucho espacio. Ya he comentado que las bicis se dejan en cualquier parte. Y que cualquier parte suele coincidir con espacios peatonales. En la siguiente foto se puede ver que el aparcamiento cubierto para bicicletas con el que cuenta el edificio está completamente lleno.

La infraestructura ciclista en Copenhague también es de aparcamientos segurosAparcamiento urbano en la capital de Dinamarca

En la acera contigua, el panorama era el de la foto de más abajo, con las bicis subidas en el trocito de césped que quedaba entre la acera y la valla. La foto está tomada en Churchillparken, frente a la Iglesia Anglicana.

Las opciones de aparcamiento de las biciciletas en DinamarcaCualquier sitio es bueno para dejar la bici

Actualmente en Madrid no tenemos este problema. Para empezar hay muchos menos ciclos. Además la mayor parte de las bicis se aparcan en las úes, los postes de las señales o las vallas antipeatonales. Y es raro que permanezcan en la calle por un tiempo prolongado. Pero si el número de ciclistas sigue creciendo, se seguirán aparcando de manera similar, ya que aquí no parece que nos animemos a dejar las bicis simplemente en medio de la acera con la rueda de atrás bloqueada.

Un escenario similar con bicis sin anclar a ningún elemento fijo, se ha llegado a insinuar con las bicicletas de alquiler sin bases (Ofo, Obike, Donkey republic). La experiencia en las ciudades asiáticas nos daba una idea de cómo podía evolucionar el tema del aparcamiento si no se les ponen algunas restricciones. Tanto es así que Madrid está siendo pionera en plantearse cómo ordenarlo.

Pero estas bicis no parecen haber cuajado a orillas del Manzanares. A principios de julio Ofo se retiraba de algunos distritos fuera de la M-30. Pero ni siquiera han llegado hasta agosto. Ofo reducen su presencia en Europa a París, Londres y Milán. Así que aquí el problema en las aceras siguen siendo las motos, que esperemos que la nueva ordenanza saque definitivamente de allí.

Pero ya está bien de hablar de bicis aparcadas. El estado ideal de esta maravillosa máquina es en movimiento. Si quieres seguir el viaje lo puedes hacer en el siguiente enlace.

      1. Aquí puedes leer todos los artículos de la serie sobre un viaje a Copenhague:

El reparto del espacio
Muchas bicis en movimiento
Pero porqué los daneses van tanto en bici
El Modelo København